Esta tarde de miércoles se compartió por redes sociales una fotografía que mostraba la tienda de ropa H&M con una larga fila de clientas con ropa en sus manos esperando a pagar en la caja.

La situación generó la reacción inmediata de la autoridad sanitaria y hasta el lugar llegó la Policía de Investigaciones, la seremi de Salud, Paula Daza y la subsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell, quienes en terreno verificaron que existían 25 anexos de contratos con modificaciones realizadas a manos.

Esto habría sido para cambiar los domicilios de los trabajadores para que pudiesen poder asistir al lugar a pesar de vivir en comunas en cuarentena.

La subsecretaria de Prevención del Delito indicó que “vamos a estar fiscalizando todos los centros comerciales que se abren para que se cumplan las condiciones sanitarias. En general las fiscalizaciones han sido positivas”.

Además, las autoridades informaron de que se detectaron grandes aglomeraciones de gente, a pesar de contar con demarcaciones, y además calcularon mal la cantidad de gente que podía estar dentro de la tienda por metro cuadrado.