La Coordinadora de educación preescolar del Colegio PuenteMaipo se refiere a lo fundamental que es la educación parvularia en los niños y niñas, en cómo la pandemia los ha afectado, y de los desafíos y políticas públicas que están aún al debe en esta materia en el país.
La importancia del desarrollo infantil en la primera infancia se encuentran ampliamente estudiada por las neurociencias, y cada vez existe más conocimiento basado en la evidencia que permite argumentar las razones para preocuparnos de la calidad de las experiencias interpersonales y el contexto en el que viven los niños y niñas durante sus primeros años de vida.
Es en esta etapa donde se fraguan las capacidades de adaptación al entorno y de organizar nuevos aprendizajes, de sentir diferentes emociones y de regularlas o de verse arrastrados por ellas como si fuera un caudal torrentoso, de enfrentar tensiones y momentos frustrantes a través de una autoestima fuerte: el rol de la Educación Parvularia en este momento del desarrollo de los niños y niñas es de un valor fundamental porque los aprendizajes que se adquieren son principalmente a través de un clima afectivo nutritivo, y complementa la crianza de los padres estableciendo las bases del posterior comportamiento adulto y las capacidades para pensar y sentir.
En Chile, la educación preescolar no tiene carácter obligatorio, y recientemente, la Cámara Bajo rechazó la obligatoriedad del kínder. Quienes votaron en contra, argumentaron que existían barreras de entrada a la educación básica, lo que perjudicaría a sectores más desposeídos y localidades rurales.
Claudia Rodríguez, Coordinadora de educación preescolar del Colegio PuenteMaipo de Fundación Nocedal -ubicado en Bajos de Mena- se refiere a lo fundamental que es la educación parvularia en los niños y niñas, en cómo la pandemia los ha afectado, y de los desafíos y políticas públicas que están aún al debe en esta materia en el país.
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