Tres soldados, tres juramentos y tres historias

0
2747

*El 9 de julio pasado se conmemoró el Juramento a la Bandera, donde los efectivos del Ejército renovaron su compromiso con la patria.

*Dentro de quienes juramentaron dar la vida está un hijo de un excomandante en Jefe del Ejército, quien relató a PALD su experiencia.

Durante los días 9 y 10 de Julio se realiza el Juramento a la Bandera por parte del personal de planta y soldados conscriptos de las diferentes Unidades del Ejército de Chile.

Este hecho conmemora la gesta heroica que llevaron a cabo 77 chilenos -entre soldados y milicianos- al mando del capitán Ignacio Carrera Pinto, los días 9 y 10 de Julio de 1882 en una pequeña iglesia en la Sierra Peruana llamada “La Concepción”, quienes se encontraban en desventaja numérica frente a las tropas de soldados y montoneras peruanas.

“La valentía y arrojo de los 77 chilenos, quienes mantuvieron heroicamente alzado el pabellón patrio durante el Combate de la Concepción, refleja la profunda vocación de servicio y amor a Chile de los soldados de antaño y es por ello que los soldados de hoy del Regimiento de Artillería N°1 “Tacna” juran a la bandera, ratificando una vez más su compromiso con la patria hasta rendir la vida si fuese necesario”, destaca el coronel Rocco Lancellotti Vergara,  comandante del Regimiento N° 1 “Tacna”, con guarnición en la provincia Cordillera.

Para los efectivos militares, más allá de la coyuntura actual o del pasado cercano, sigue siendo todo un símbolo el juramento a la bandera, ya que, al igual que el ejercicio del sacerdocio, se ofrenda la vida, que es el bien más preciado de todo ser humano.

Es por ello que en tiempos donde el individualismo está por sobre el bien común, es necesario rescatar y resaltar parte de nuestra de historia, en especial cuando siempre se duda del compromiso de los jóvenes con su país.

         Es por ello que “Puente Alto al Día” buscó tres historias que reflejen el simbolismo que hay en jurar al emblema patrio.

EL HIJO DEL COMANDANTE

Oscar Izurieta Linzmayer (26), es subteniente del Ejército e hijo del ex comandante en jefe de la institución castrense.

Según su árbol genealógico algunos de sus antepasados participó incluso en la Guerra del Pacífico, por lo que hay historial de sobra en su familia.

“Sí, algunos de mis antepasados participaron en la Guerra del Pacífico, y posteriormente mi abuelo y tíos han pertenecido a la Institución”, destacó el joven oficial.

-¿Qué representa para un Izurieta el juramento a la bandera?

-Para mí el Juramento a la Bandera es muy especial porque somos los únicos que juramos dar la vida si fuese necesario, en caso de que nuestro trabajo y la patria lo requieran. Además me siento orgulloso de hacer lo mismo que hicieron mis antepasados y en especial mi papá, quien llegó a ser comandante en jefe del Ejército y fue quien me inspiró a seguir esta carrera al ver su vocación de servicio, integridad y cariño que sentía por lo que el Ejército representa.

Es por ello, que en el año 2014 entré a la Escuela Militar y durante ese mismo año juré por primera vez, en ese entonces como un joven cadete, hasta rendir la vida si fuese necesario y este 9 de Julio del presente lo ratifico por el resto de mi vida, ahora en mi condición de Oficial del Ejército de Chile.

¿Cuál es el significado que dejó el combate de La Concepción para el Ejército de Chile?
         -Para mí el combate de La Concepción es el hecho histórico de mayor trascendencia y que se recuerda año a año, ya que quedó demostrado en dicho combate el valor de los soldados chilenos al dar la vida por la patria y no rendirse ante un adversario numéricamente muy superior al cual enfrentaron con valentía y convencimiento.

UN JOVEN DE LA VILLA LA FORESTA

Andrés Núñez Valdés, de 18 años, tuvo una relación inicial tensa con el Ejército, ya que fue la institución la que lo eligió a él, situación que le cambió los planes de juventud.

Vecino de la Villa La Foresta en Puente Alto, reconoce que con el tiempo la institución pasó a ser un soporte tremendo para su crecimiento y proyección.

“En un comienzo yo no elegí al Ejército, sino todo lo contrario,  me eligieron. Pero ahora todo ha cambiado, ya que al pasar estos meses como soldado conscripto del Regimiento de Artillería N°1 “Tacna” he aprendido a valorar cosas que estando afuera del cuartel nunca hubiese aprendido, como por ejemplo: valoro mucho más a mi familia y cuando salgo de franco comparto mucho más con ellos, además que estando en el Servicio Militar me he destacado dentro de los demás soldados. Eso me tiene muy orgulloso”, dice el joven conscripto.

-¿Se puede decir que descubriste tu vocación?

-Sí, me siento comprometido y contento con lo que hago, valoro lo que el Ejército hace por la sociedad y el país y estoy dispuesto a servir a la comunidad en caso que lo necesite.

-¿Qué significado fue para ti el juramento a la bandera?         -Para mí el juramento a la bandera es la mayor muestra de valor y valentía del soldado chileno que honra la sangre que corre por sus venas. Me siento orgulloso de jurar a la bandera y seguir los pasos de mi abuelo, padre y tíos quienes en diferentes épocas también fueron soldados conscriptos de Ejército y también juraron a la Bandera como yo.

DE LA FLORIDA A CHILOÉ

La historia de Pablo Nogales Aravena (20) se repite mucho al interior de las unidades militares de país.

Con solo 17 años se inscribió en el Ejército y pidió que lo destinaran al sur del país.

“Me inscribí voluntario y la principal motivación fue la adrenalina y el espíritu que me contaron que se vivía al entrar al Ejército, ya que muchos de mis amigos habían hecho su Servicio Militar y me contaban sus experiencias llenas de aventuras. Es por ello que en el año 2015, con apenas 17 años, me inscribí voluntario  y pedí irme destinado al Regimiento  de Artillería N°8 “San Carlos de Ancud”, donde finalmente me fui en abril del año 2016.

Allí  y luego de transcurrido algunos meses me dí cuenta que esta era mi vocación: servir a mi país. Así decidí postular a la Escuela de Suboficiales del Ejército donde fui aceptado e ingrese a ella en el año 2017 para sellar mi compromiso con Chile.

¿Cómo fue creciendo la vocación ?

-Mi vocación nació al ver la forma cómo trabajaban mis instructores, la forma como trataban a los soldados, el compañerismo y camaradería que existía entre todos nosotros. Eso me inspiró a querer entrar al Ejército y postular a la Escuela de Suboficiales.

-¿Qué significó el juramento a la bandera?

-Lo primero que viene a mi mente es el recuerdo de los 77 soldados chilenos que combatieron en la sierra peruana por más de 48 horas, sin parar, sabiendo que estaban en desventaja numérica y que tarde o temprano morirían, demostrando con ello la valentía de los soldados chilenos y el amor a la patria.

Al jurar a la bandera sello mi compromiso con el país, Dios y mi Ejército y me comprometo a dar mi vida de ser necesario.

Con estas tres historias, queda en evidencia que más allá de las diferencias de historias personales, sociales y familiares, hay un factor común que los une: la patria y el honrar la bandera.

Por ello siempre es destacable que los jóvenes cuenten sus historias en este aspecto, ya que hay cientos de miles en el país que tienen un alto compromiso con el desarrollo de su pueblo y donde el Ejército es una opción más para servir a ese objetivo.

Por ello el 9 de julio siempre significativo, por su relación con la juventud y el amor hacia la propia tierra, y a los propios colores de la bandera.

(Nota en edición impresa de sábado 13.7.19)

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí