“Quiero más, pero voy paso a paso”, dice el montañista apoyado por CMPC, que aquí comenta en detalle cómo logró la cumbre del Dhaulagiri.

“Tiene muy bien ganada su fama de ser una de las montañas más peligrosas del mundo. Fue una expedición durísima”, dice Juan Pablo Mohr, el montañista de 32 años que acaba de conquistar el Dhaulagiri (8.167 msnm), sin oxígeno complementario y sin la ayuda de sherpas.

De acuerdo a su estilo, de enfrentar este deporte como una forma de vida, logró convertirse en el primer chileno en lograrlo y marcando un hito en el montañismo nacional.

Incluso, en una entrevista previa a esta expedición declaró a La Tercera: “Yo expongo mi cuerpo a los límites que hay que exponerlos para poder hacer estas montañas. Eso de tener ayuda extra o complementaria, como meterse oxígeno, no ha lugar. Justamente en las montañas a gran altura lo que hay es falta de oxígeno. Entonces es trampa enfrentar la montaña con oxígeno de ayuda”.

Esta era la segunda vez que Juan Pablo Mohr intentaba llegar a la cumbre. La primera vez debió abandonar porque su cordada (compañero de excursión) no contaba con el agua necesaria.

Según los expertos en montañismo, el monte Dhaulagiri es uno de los más peligrosos del mundo. Calificación que Mohr comparte plenamente: “El Dhaulagiri es una de las montañas más complicadas en términos climáticos, su ubicación hace que reciba todos los frentes que chocan directo con el macizo, muchas veces cuesta hasta mantenerse en pie”.

Y esta vez no fue la excepción. Comenta que el clima volvía a dificultar los avances y después de cada temporal la huella se volvía a tapar. Juan Pablo junto a su cordada –el catalán Sergi Mingote y el brasilero Moeses Fiamoncini- debían abrir camino cada día.

Desde 2007 se estima que ha habido 358 ascensiones exitosas y 58 víctimas mortales en el Dhaulagiri.

El ataque a la cumbre

A las 22:00 horas del pasado 2 de octubre finalmente Juan Pablo Mohr salió desde el campo base 3 rumbo a la cumbre del Dhaulagiri, casi un mes después de su llegada a Los Himalayas y tras semanas esperando una ventana en el clima para poder lograrlo.

Fueron más de 20 horas entre subir y bajar. La mayor preocupación era que la montaña estaba muy cargada de nieve, lo que implicaba el riesgo de avalanchas. “El ataque fue durísimo, un canalón muy cargado que para evitar riesgo de avalanchas lo enfrentamos por otra ruta, que nos llevó a perdernos un buen rato y nos costó mucho encontrar la entrada del corredor”, explica Juan Pablo.

A pesar de ello, el mensaje fue claro. “Me siento bien, el equipamiento está muy bueno y la montaña cargadísima de nieve, ¡pero se hace!”, fue la frase que Juan Pablo Mohr envió a quienes lo esperaban en el Campamento 3 durante el ataque final a la cumbre.

Esta nueva hazaña de Mohr era la quinta de más de 8 mil metros de altura sobre el nivel del mar. En mayo de 2017, el chileno conquistó la cumbre del Monte Annapurna (8.098 metros), para muchos el más peligroso del mundo, y en septiembre del 2018 alcanzó la cima del Manaslu (8.156), la octava más alta del mundo. También este año llegó a las cumbres del Lhotse (8.516) y del Everest (8.848).

Esta vez, en el Dhaulagiri, avanzando 100 mts. cada una hora en el último tramo, el montañista finalmente llegó a la cumbre y describe ese momento así: “Fue muy especial llegar a la cumbre. Estaba muy cansado, pero me acordé de mi viejo, pensé mucho en él”, declara respecto a su padre, quien falleció tres meses antes de que él realizara esta expedición y quien fue su principal apoyo y respaldo para dedicar su vida a este deporte. “Cada ‘ocho mil’ es más difícil que el anterior. Quiero más, pero voy paso a paso”, reflexiona.

El siguiente paso para Mohr será retomar durante el próximo semestre un reto autoimpuesto hace algunos meses. Ser el primer chileno en escalar 5 montañas sobre los 8.000 msnm en 100 días.