- Advertisement -spot_img
InicioPersonajeJaime Alegría, con la docencia en la sangre

Jaime Alegría, con la docencia en la sangre

El ahora jubilado profesor de electricidad, recuerda con gran alegría y emoción sus años de trabajo, sobre todo el cariño de sus colegas y alumnos.

Un puentealtino de toda una vida es don Jaime Alegría Abraham, hijo de padre zapatero remendón, que años atrás tuvo un taller en calle José Luis Coo, y quien de su madre heredó el gusto por la cocina, pues era una maestra en el rubro gastronómico. “Puedo decir que fui creciendo con la ciudad, pues acá cuando era niño habían tan solo como cuatro poblaciones en Puente Alto”, sostiene.

Sus estudios los cursó en la Escala Industrial de Puente Alto, para luego ingresar a la Universidad Técnica del Estado (hoy USACH) donde entró en Ingeniería Eléctrica.  “Me casé muy joven, como a los 20 años, llegaron los hijos, y por cosas económicos tuve que salirme, trabajando así como maestro liniero y a la vez hice clases. Ya con el tiempo, volvería a estudiar y finalmente me titulé como profesor de electricidad en la Universidad Católica”.

Si bien ya don Jaime había dictado clases de forma particular, ya titulado comenzaría su trabajo de toda una vida como docente, algo por lo que dice hay que tener una gran vocación, y mucho amor por lo que se hace.

Fue así como entró a laborar primero, según cuenta “en una escuelita chica, por calle 18 en Santiago. Después estuve en la Escuela Superior de Quinta Normal, llegando finalmente a la Escuela Industrial Alberto Hurtado, en la misma comuna, en donde me desempeñé como profe por 40 años”.

En este establecimiento, en el que trabajó la mayor parte de su vida, guarda los mejores recuerdos y se emociona al recordar a sus compañeros, a directivos y por sobre todos sus alumnos, con todos quienes siempre tuvo un trato cordial y excelentes relaciones, tanto en lo académico como en lo personal. “Fui profesor mayormente de los 3ºy  4º medios, jóvenes a los que les entregaba las herramientas necesarias para luego desenvolverse en el mundo laboral”.

Comenta que si bien en un comienza la Escuela Industrial Alberto Hurtado sólo era un establecimiento de varones, con los años dio el giro a una educación mixta, y varias niñas optaron por carreras técnicas del rubro, que para eso años eran vistas solo para “hombres”, como  lo es, por ejemplo, la mecánica automotriz. “¡Eran chicas que estaba en cursos con 40 hombres! Si bien la mayoría de ellas optaba por temas administrativos, siempre hubo mujeres que querían trabajar de igual a igual a un varón. Por supuesto, para ellas era un doble desafío. Puedo decir que a muchas de ellas le fue muy bien después de egresar”, señala con orgullo.

REGRESO A LAS AULAS

Si bien el “profe” Alegría jubiló hace ya una década, a los cuatro años sin ejercer recibió un llamado de la Escuela Industrial Alberto Hurtado para su sorpresa. “Un nuevo director, que supo de mi trabajo, me quería para un nuevo proyecto, el de llevar a cabo taller con alumnos de 1º y 2º medio con formación técnico profesional. Estuve cinco años más, donde además elaboré el plan de estudios. Esa fue mi despedida definitiva de la docencia, que es algo yo creo llevo en la sangre”.

Comenta que a veces acompañaba a su señora a las reuniones del Club de Adulto Mayor Sol Naciente, en el cual su supresamente, Luis Osorio, siempre le invitaba a unirse. “Bueno, al final me convenció, ¡tanto así, que ahora soy el tesorero!”, dice entre risas. “Acá me siento como en familia, y creo que la responsabilidad y el planificar con antelación las cosas, lo que aprendí en mi trabajo de toda una vida como profesor, me ha ayudado a desempeñar muy bien el cargo en el club”, concluye.

Contactados
16,985FansMe gusta
2,458SeguidoresSeguir
61,453SuscriptoresSuscribirte
Más leído
Articulos relacionados