Con un trabajo que supera los veinte años en el rubro, más otros tantos en Puente Alto, esta microempresa familiar se proyecta en el negocio de los buenos mostos en la vecina comuna.
Pioneros junto a otras ilustres familias de Puente Alto se definen estos puentealtinos-pircanos en un rubro que forma parte de la historia de esta ciudad capital, como es el vitivinícola. Claro que no en el tradicional de la fabricación de vino, sino que esta familia, comandada por su padre, incursionó en el buen brebaje de la uva, como es el vino pipeño y la chicha, consumido en gran cantidad en otrora por la reducida población puentealtina.
Las picadas de ayer de estos bueno brebajes, no sólo estaban en la vecina comuna de Pirque, sino que existía un verdadero clásico puentealtino, conocido por aquellos parroquianos de cuna que gustaban de saborear esa chispeante chicha baya y curadora; como también aquel aromático pipeño que se encontraba en la picada de don Amelio Dossi, en la conocida “vuelta de cachencho”, en el fundo de calle Eyzaguirre al poniente.
EN LA “VUELTA DE CACHENCHO”
Desde este lugar nace la tradición familiar de la chichería “Don Tito”, que hoy es un pionero en Pirque. El padre de don José Retamal, 44 años, casado, dos hijos, comenzó trabajando con este italiano de renombre en el rubro de los mostos señalados, y lo hacía junto a otros dos conocidos personajes del sector del final de calle Eyzaguirre, don Carloncho y don Oscar, con quienes producían la chicha que se vendía en Puente Alto y en comunas vecinas antes de los años 90.
Luego de heredada esta tradición comercial, don José junto a su esposa, deciden independizarse y trabajar juntos en el rubro de las chicherías y lo comienzan realizando en las fondas que se instalaban en los terrenos de Bajos de Mena, hace muchos años; aún con la chicha del conocido italiano. Años más tarde el negocio en las ramadas no era el mismo de antes y se trasladan a vivir a Pirque, donde siguen con el rubro y deciden fomentar este negocio familiar que se ha hecho bastante conocido en el sector de la Católica, en la vecina comuna.
Los mostos que venden en este negocio que se inició con una infraestructura muy sencilla, pero que en la actualidad se ha ido desarrollando, hasta tener un local legalmente establecido para la venta de la chicha, el pipeño, el charqui y otras delicadeces que ya se han hecho muy conocidas en Pirque. Principalmente la chicha, proveniente de la vendimia de la sureña ciudad de Chillán, desde donde proviene el jugo, para luego transformarla en chicha baya, chispeante y curadora.
Con perspectivas de progresar y recibir a los turistas, su establecimiento comercial debía experimentar cambios, y es así como invirtieron en un nuevo establecimiento, “para recibir a los turistas, había que hacer un local bonito, entonces comenzamos a juntar la platita e hicimos un local acorde para recibir a los turistas y a nuestros clientes como corresponde desde hace muy poco, sólo hace una semana”, indica José Retamal, agregando que años anteriores durante todo septiembre se abría un local de manera tradicional.
José Canales Vásquez, tío de este emprendedor pircano, agrega su testimonio acerca del emprendimiento familiar realizado por su sobrino José, indicando que es un proyecto que desde hace muchos años se lo merecían como familia, ya que toda una vida han trabajado por engrandecer esta actividad que han heredado de la familia. “Los felicito realmente, se lo merecen”.
El mensaje para sus clientes y fans no podía dejar pasar de envíar, don José Retamal, a manera de cerrar nuestra conversación, “los invito a todos quienes quieran venir a comprar chicha, terremoto o pipeños, además de una amplia carta de comida típica que tendremos para las Fiestas Patrias… no se olvidarán de cómo lo pasarán en la Chichería “Don Títo, aquí en calle Santa Cecilia, en el sector la Católica, en Pirque… los esperamos”.
Sólo queda visitar este local verdaderamente pircano.
(Nota y fotografías en edición impresa de sábado 31.8.19)