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Ximena: La única enfermera de la cárcel de Puente Alto, no ve a sus hijos hace 2 meses

Tras la propagación del Covid-19 al interior del recinto carcelario local, la profesional decidió aislar a sus pequeños de 3,4 y 9 años.

En el Día de la Madre en nuestro país, como no resaltar a aquellas que en este momento están en la llamada “primera línea” de la salud; mujeres que arriesgan sus vidas y que han dejado de ver a sus hijos como medida de resguardo pero también para evitar que sean los “transmisores” de la enfermedad.

Es el caso de Ximena Granifo, enfermera de la cárcel de Puente Alto. Tras el brote del virus al interior del recinto, su compañera se contagió y pasó a ser única funcionaria que realiza los controles diarios a los más de 900 internos, atendiendo emergencias e incluso realiza el trabajo administrativo.

Su increíble labor, un desafío en estos momentos, la dio a conocer el matinal “Buenos Días a Todos” , donde contó que hace dos meses no ha podido ver a sus hijos de 3, 4 y 9 años.

En primera instancia llegaba a la casa, me cambiaba ropa, me bañaba. Pero después cuando empezaron a salir los casos y empezamos a ver que esto seguía, yo dije ‘no esto se viene pesado’. Entonces ahí decidimos que lo mejor era aislarlos”, cuenta Ximena.

Cuenta que es su marido, quien se hizo cargo del cuidado de los niños, dejando su casa de Macul para instalarse ya en Olmué. “Tengo la tranquilidad de que ellos están bien. Igual tenemos contacto por videollamada. Bueno, no me pescan mucho, porque están viendo tele o  que se yo, pero eso me permite estar más disponible acá (la cárcel)”, agrega.

El momento más emotivo se vivió cuando le consultaron  a Ximena qué sentía tras su acto de amor y responsabilidad al no poder llegar a su casa y verlos diaramente.

“En el fondo es un bien mayor (…) De verdad yo pienso que uno está muy expuesto acá. Yo pienso que en un momento se me va a pasar por alto algo y quizás me enfermo y voy andar contagiando. Desde allí que uno tiene que usar la cabeza para pensar y dejar un poco de lado la emocionalidad”, dijo emocionada hasta las lágrimas.

Por último recordó qué es lo que dicen sus hijos en los llamados diarios que le da la oportunidad a distancia de estar presente. “¡Mamá! ¡Mamá! me dicen y me preguntan ¿Y mataste al virus?, cosas así. Yo también sé que me echan de menos y me extrañan”, sentencia.

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