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Una historia a través del tiempo: Luis Matte Larraín

Se comienza a escribir la historia de los próximos 80 años del Sindicato Papelero N° 1 y se vuelve a la que fue su casa, el estadio papelero. El fútbol de Luis Matte no está olvidado, está más vivo que nunca.

Corría el año 1939 en sus estertores, mientras en Europa, la vieja Europa, los seres humanos se aniquilaban en una cruenta guerra. Acá, lejos en un extremo del mundo, un grupo de pequeños e inocentes niños jugaban todas las tardes, esas inolvidables pichangas “a pata pela”, con una pelota de trapo. Lo hacían detrás de la casa del pelao Reyes, en ese entonces, ahí había un poste con una ampolleta, se jugaba en forma fiera, hasta que alguna mamá llamaba a comer, ahí al grito del “último gol gana” se terminaba el encuentro; así era el día a día.

Se elegían siempre los dos mejores jugadores, casi siempre eran “El Cocho”, “El Polo” o “El Miguel”, luego venía el resto del equipo opción que definían los capitanes. Al final quedaban los más malitos o los más pequeños ya que todos jugaban, nadie quedaba afuera y a nadie se le exigía más allá de su capacidad.

El maestro Profesor Humberto Delgado, así describía los inicios del fútbol en el club Luis Matte Larraín. Aspectos que rescatamos de su relato:

“Un niño de la población Papelera, del tercer bajo, muy alto, de brillantes ojos azules, rubio, de pelo liso, muy delgado, parecía un gringo, sus pantalones muy anchos prácticamente escondían sus siempre muy lustrados zapatos. Le gustaba el deporte y se preocupaba del bienestar de los trabajadores y sus familias, tenía buenas ideas y era muy honesto; de palabra inteligente y sonrisa fácil, era un hombre bueno, su nombre Emilio Flores Gil”.

Un día Emilio Flores invitó a los niños a formar un club, para que así jugaran en una cancha de verdad y con una pelota de cuero. En homenaje al gerente papelero que murió prematuramente y que  con gran sentido social había construido el vigente y hermoso Estadio Papelero, se resolvió darle el nombre de Luis Matte Larraín.

Luego, señala en su relato Delgado, empezaron los entrenamientos en el fondo de la población papelera, “los primeros consejos: cómo saludar al entrar a la cancha, todos en fila corriendo, un círculo y el saludo al público. Luis Matte nació ordenado”.

VERANO DEL AÑO 2020

Ochenta años después se reencuentran los mismos valores y principios entrelazados con la cultura papelera y el deporte.

Así como el 20 de Agosto de 1940, este 12 de Febrero de 2020, gracias a la gestión del presidente, su directiva, junto a los encargados de las ramas de básquetbol femenino, masculino y de fútbol, más la alianza estratégica y apoyo del Sindicato N°1 de Papeleros y su Oficina de Gestión y Servicios Culturales y Deportivos, se logró poner en valor la trayectoria, la identidad y el patrimonio de esta institución mediante una presentación ante la empresa puentealtina, logrando volver a pisar el estadio papelero y establecer un vínculo de trabajo como socios estratégicos.

Para el presidente del club, Carlos Flores Cepeda, esto representa lo que su padre realizó, “seguido por compañeros papeleros que se convirtieron en grandes dirigentes que han permitido que estemos hoy en este estadio que nos vio nacer y crecer… esto es la familia luismattina”.

Flores Cepeda, terminó destacó la participación en el básquetbol femenino y agradeciendo a la Papelera que en estos 100 años ha contribuido no solo con la producción sino que también, indicó, con la sociedad civil.

En la oportunidad, estuvieron en el reducto deportivo el entrenador José Manuel Álvarez, uno de los grandes que vistieron la tricota luismattina, junto a las escuelas de básquetbol femenino y masculino en Puente Alto, Pirque y San José de Maipo.

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