A primera hora de este miércoles, personal municipal colaboró con la limpieza y retiro de materiales dañados, que afectaron al local el día de ayer.

¿Qué pasó?

En minutos, pareció la llegada de un huracán que arrasó con todo. La turba de delincuentes que saqueó la histórica farmacia La Estrella, en este momento sentirán regocijo, tras haber concretado su cometido criminal, el que terminó con decenas de personas afectadas, además de clientes –mayormente adultos mayores-, cuya alternativa de ahorro en medicamentos era patente.

Testigos comentan que los antisociales eran en mayoría jóvenes, quizás los mismos que realizan portonazos, encerronas, robos con intimidación, entre otros delitos. Es más, uno de los participantes a un supermercado Acuenta, registraba antecedentes por homicidios.

 La comunidad puentealtina se siente discriminada, queda de manifiesto entre los pobladores la sensación de inseguridad constante; y el alcalde también expone su molestia ante la presencia policial tardía, en medio de los desmanes en el aniversario número tres del estallido social.

Sin ningún tipo de piedad, delincuentes asaltaron una farmacia familiar de la comuna donde una mujer de 91 años aún activa, sigue yendo a trabajar todos los días, dando trabajo a habitantes de Puente Alto.

El día siguiente

Durante esta mañana, trabajadores municipales se encontraban realizando diversas tareas de limpieza en el local de avenida Concha y Toro. Trozos de vidrios rotos, retazos de madera y otros materiales los separaban en bolsas blancas, para convertirlos luego en desechos.

A vista de los vecinos que pasaban por el lugar, entre ellos algunos que enviaban recriminadores mensajes al Presidente, continuaban trabajando, salvando lo poco que pudieran recuperar.

En las afueras, las sobrinas de “doña Olguita” -como la llaman cariñosamente los puentealtinos-, representaban a su tía para responder preguntas de los medios, puesto que, como dijo una de ellas “la estaban cuidando en casa, debido a una descompensación que sufrió el día de ayer”.

Pald conversó con Paulina y Pilar, ambas de apellido Mocarquer y sobrinas de la dueña, quienes aseguran que estiman las pérdidas superan los 200 millones de pesos. “Hay mucha mercadería que se robaron, todo lo que es mobiliario, hay que reconstruirla de nuevo, y todo el tiempo que va a significar, es tremendo”, señaló Paulina.

Asimismo la sobrina de doña Olga, agradeció la preocupación de los vecinos, comentando que “ha sido bien impresionante ver que harta gente se ha acercado a ofrecer su ayuda”.