La kiosquera, que lleva 13 años en el rubro en pleno centro de Puente Alto, agradece a su fiel clientela y a poder seguir trabajando estos tiempos tan “complicados”.

Frente al Mall Chino (Hyper casa) ubicado en Puente Alto por Av. Concha y Toro, y a pasos de la Plaza de Armas de la comuna, se encuentra el kiosco de Mónica Carrasco Riquelme, que lleva 13 años en el lugar, quien ha cultivado una fiel clientela a lo largo  del tiempo por su trato cordial y amable.

“Vengo del sur, soy de Linares, del sector Yerbas Buenas. Mis padres eran agricultores y de chicos con mis hermanos les ayudábamos en las labores del campo. A los 17 años me vengo de vacaciones a la capital con un tío, y una cuñada de él, que era modista y trabajaba en una fábrica textil por el paradero 5 de Vicuña Mackenna, me ofreció trabajo, llegando a un reemplazo,  ¡y de ahí que no he parado pues!”, cuenta doña Mónica.

Fue de la misma textil que luego de 6 años de labor, la relocalizaron en un laboratorio de cosméticos en Recoleta, en donde se desempeñó por varios años. Cuenta que con los años, ya más estable,  se trajo  a sus padres del sur a vivir a Santiago, “pero la verdad es que nunca se acostumbraron mucho a la ciudad, echaban de menos el campo, así que se devolvieron después. Eso sí, mis demás hermanos se vinieron todos a la capital”.

Consultada por cómo llega a atender el kiosco, comenta: “con el pasar del tiempo me casé y tuve un hijo. Y mi suegra, que era la dueña de este kiosco, se fue a Mejillones, y yo me hice cargo, pues mi marido trabaja como conductor de buses de la locomoción colectiva”.

NUEVO DESAFÍO Y TIEMPOS COMPLEJOS

Así es como doña Mónica llega a un mundo completamente nuevo para ella, pues admite que no se manejaba para nada en dicho negocio, partiendo prácticamente desde cero, pero que las ganas de aprender estaban. De esta forma, sus familiares la ayudaron, sobre todo sus hermanos, puesto que algunos de ellos administraban locales comerciales, quienes la guiaron y orientaron en diversos temas al respecto, sobre todo en contabilidad.

            Sobre su trabajo hoy en día, en el que ya se encuentra totalmente compenetrada, comenta: para llegar a trabajar, antes me levantaba a las 5 am, tempranito, pero ahora, con todo esto que está pasando, producto de la pandemia, abro tipo 8.30 am y me quedo hasta las 14 horas más o menos. Me siento afortunada por poder trabajar eso sí, pese a la cuarentena, pues estoy catalogada como rubro esencial. Además, en el kiosco manejo una Caja Vecina, lo que para la gente es muy necesario en estos tiempos. Eso sí, solo se realizan transferencias con tarjeta, nada  de efectivo”.

Algo que dice lamentar, y que cada año se acrecienta, es la desaparición de algunos periódicos y revistas, como La Cuarta, que afirma vendía mucho más que Las Últimas Noticias. “¡Incluso la gente me pregunta bastante porqué el Puente Alto al Día sale los puros sábados no más pues! Los tiempos han cambiado y  hay que adaptarse no más, no queda otra”, concluye.