Sus dueños son Roberto y Daniela, un joven matrimonio luchador, que la pandemia no logró derribar.
El mundo actual obliga a la perfección en distintos ámbitos; sobresalir en el puesto de trabajo, destacarse en alguna actividad informal, liderar en aspectos físicos, entre muchos. Este último, llega a ser considerado un culto al cuerpo, y se ha convertido en un elemento primordial para el ser humano, ya sea para ser aceptado por la sociedad, como también, por un propósito de mantener un cuerpo sano, saludable y estético.
Viéndolo desde ambas perspectivas, la cultura del cuerpo ha llegado a convertirse en una forma de expresión popular, sosteniendo en ocasiones la presión de diseñar nuestro físico.
Para ello los gimnasios se han transformado en recintos masivos de habitantes, que buscan sentirse agradados con su apariencia. Si bien antiguamente, eran centros atléticos enmarcados hacia la clase alta, hoy en día se han multiplicado y son de fácil acceso para el ciudadano común y corriente.
Este reportaje, profundizará en el gimnasio de un joven matrimonio conformado por Roberto Zamorano y Daniela Tobar, llamado Dragon-Beast, un lugar que pese a las adversidades de una pandemia que generó quiebras de grandes cadenas, aún sigue emplazado en calle Eduardo Cordero, sorprendiendo con su reinvención, en el período más oscuro en la crisis del Covid-19.
UNA PAREJA FITNESS
Ambos son puentealtinos, y tienen un cuerpo que muchos envidiarían, sin embargo, llegar a lograrlo comprende hábitos que obligan a mantenerse en el tiempo, como entrenamiento, alimentación y disciplina.
Daniela estudió Ingeniería Comercial y lleva esa veta emprendedora en el corazón, ya que ha tenido una serie de negocios, pero el gimnasio la llevó a cumplir su sueño, llevándola a lo alto en sus conocimientos. Roberto es profesor de Educación Física de la Universidad de Santiago, exterioriza que anterior a la pandemia contaban con dos sucursales en Puente Alto; una se encontraba en el stripcenter de Eduardo Cordero con Balmaceda, que se abocaba a las artes marciales, y la segunda que está al frente de PALD, también por Eduardo Cordero, enmarcada al deporte que últimamente ha ganado miles de adeptos: el crossfit.
Pero ¿qué es el crossfit?, es un sistema de acondicionamiento físico, basado en ejercicios que mutan de forma constante, con movimientos funcionales, ejecutados a alta intensidad. También se puede considerar como una técnica de entrenamiento que enlaza movimientos de diferentes disciplinas de forma secuencial, tales como la halterofilia, el entrenamiento metabólico o el gimnástico. Su finalidad es desarrollar las capacidades y habilidades del ser humano, mediante esa variedad de ejercicios, para que pueda adaptarse a cualquier escenario al que tenga que enfrentarse.
La primera sucursal orientada a las artes marciales, lamentablemente debieron cerrarla, ante la crisis que provocó el virus que se llevó tantas vidas durante 2020 y 2021. “Lo tuvimos que entregar, porque si bien no nos cobraban el arriendo, seguíamos pagando gastos comunes, llegamos a un acuerdo con la deuda para salvarnos y quedamos en muy buenos términos”.
El profesor, asimismo, destaca la actitud de sus arrendadores actuales, que no realizaron cobros en el momento más dificultoso, porque “Don Aurelio y don Dante fueron súper comprensivos, estamos muy agradecidos de ellos, de verdad fueron increíbles”, dejando en claro si se hubiera dado a la inversa, ellos habrían quebrado indudablemente.
Recuerda sus principios en el negocio, destacando la motivación de su señora de tener algo propio. “Ella tuvo siempre esa mirada más comercial, en ese tiempo yo era más disperso, a pesar de la diferencia de edad entre nosotros de casi 12 años (ríe); partimos el primer local sin dinero, pero mucha ayuda de mis papás y los de Daniela”, resaltando que pertenecen ambos a familias de esfuerzo, pero que, gracias al trabajo y perseverancia, han logrado distintas metas, porque “de a poquito hemos ido construyendo y avanzando”.
ANTES DEL COVID: A GRANDES PASOS
Las sucursales iban caminando a pasos agigantados, un cuerpo de profesores formado por Roberto, se desempeñaban como instructores estables para los clientes, todo marchaba viento en popa.
Gracias al esfuerzo, las ganas y la capacidad de pararse ante hechos adversos, persiguiendo el fin último, hizo que esta pareja mantuviera una estabilidad que iba en ascenso, cada vez los gimnasios sumaban clientes, las clases ya no consistían en 10 personas, sino doblaban esa cantidad.
Felicidad inmensa para Daniela y Roberto, emprendedores que sobresalen en la comuna, y que gracias a su carisma y simpatía, logran ser cercanos con su público objetivo. Es una gran ventaja, de asistir a un lugar personalizado, por valores viables en el mercado, ya que muchas veces la competencia engaña, dado que algunas personas optan por una colosal infraestructura, y un número ingente de máquinas de ejercicios.
Sin embargo, lo que agradecen los asistentes a Dragon-Beast, es que sus profesores tienen una particularidad: son entrenadores personales. Nos referimos a lo anterior, ya que pese a que los aforos y las restricciones sanitarias se levantaron hace un tiempo, este centro de actividad física, continúa limitando el número de aficionados al deporte, ya que lo fundamental es la preocupación por cada uno, no implica una masividad en la clase, que desoriente y aisle, sobre todo, a gente que recién está iniciándose en la actividad deportiva.
“No tener la información de todo lo que sucede, de pronto las cosas no permiten que las cosas se hagan como uno lo desea, la forma como nosotros hacemos las cosas es súper amigable, no hay competitividad, la idea es entrenar en equipo, ese ha sido nuestro nicho”, precisa su dueño.
“Yo disfruto dando clases, trabajo hacia la horizontalidad, en que todos sientan lo mismo”, asegura el profesor de la USACH, que recibe alumnos de todas las edades, de hecho, comenta que una de sus alumnas tiene 77 años.
SE DECLARA LA PANDEMIA EN CHILE
“Estaba dando clases cuando recibí la noticia que se debían cerrar los gimnasios, yo trabajé hasta el último día”, recuerda Roberto. El panorama para este matrimonio con un hijo en común y Roberto con una hija, además, se veía extremadamente oscuro.
Cabe mencionar, entre la incertidumbre, mitos, inventos que se originaron a partir de la pandemia, este rubro fue uno de los más golpeados.
Las autoridades de educación obligaban a establecer diversas normas, las cuales prohibían saludarse con un beso, no podían tampoco dar la mano y por ningún motivo, tocar metales.
Fue así como esta pareja se reinventó; Daniela gracias a sus conocimientos de índole comercial, comenzó a investigar nuevos emprendimientos, a identificar cuáles ayudas brindaba el estado, para sobreponerse a la amenaza del Covid-2019. “Fue a charlas de Sercotec y logró obtener dinero para comprar y vender cosas relativas al deporte, como barras, más que nada implementación”, dijo el instructor.
Así, fueron peleando contra este virus mundial, comenzaron a dar clases online, que reconocen fue muy difícil al principio. Luego, cuando algunas medidas se levantaron, informaron a sus alumnos que las clases se iban a desarrollar en la plaza de Eduardo Cordero… así, gradualmente, hasta que todo volvió a la normalidad, aunque nuestro país aún no de por terminada la pandemia del coronavirus.
Para nuestra comunidad, que quizás no está conforme con su cuerpo o que sienta que el sedentarismo los persigue día a día, no se desalienten. El profesor Roberto Zamorano asegura que los cambios, los empezarán a notar desde los tres meses, pero ojalá con un plan saludable en lo que respecta a la alimentación.
“La motivación juega un rol inicial, esto facilita el proceso cuando las cosas se ponen difíciles, lo más normal es que cuando uno quiera hacer algún proyecto, en el proceso, existan dificultades, siempre hay un día malo”, finaliza Roberto Zamorano, uno de los dueños de Dragon-Beast.
Para los interesados en conocer el gimnasio, dejamos sus datos a continuación: Dirección: Santa Elena #596. Número de teléfono: +569 86798048. Instagram: @beast.crossfitcenter
