Giovanni Jorquera se reinventó en pandemia por la necesidad de trabajar y generar  ingresos, cumpliendo de manera “fortuita” uno de sus sueños: instalar un local de pollos asados.

Desde hace dos meses que abrió sus puertas “Popopollo”, un local de venta de pollos asados y papas fritas, ubicado en José Luis Coo #0194 (casi esquina Santa Elena) que también ha diversificado su oferta en otros productos, tales como completos y sandwichs en general. Su dueño, Giovanni Jorquera Miranda, se muestra feliz por cómo su negocio

–un emprendimiento familiar- le ha reportado buenos resultados hasta el momento.

Pero el panorama era muy diferente meses atrás para este puentealtino, hombre de esfuerzo, hijo de padre comerciante y madre feriante. “De niño ayudaba en la feria, y me fui empapando de ese ambiente, junto a mis hermanos. Ya cuando salí del colegio, egresando de la Arturo Prat,  necesitaba hacer algo y como antes no había tantas oportunidades para estudiar, decidí seguir los pasos de mi madre y me establecí en la feria con un puesto de frutas y verduras”, comenta Jorquera.

Cuenta que le iba bastante bien, y no tenía mayores apuros económicos, pero todo cambió con la llegada de la pandemia al país en marzo del pasado año, pues las ventas comenzaron a bajar de forma alarmante, y trabajaban menos días a la semana debido a la emergencia sanitaria, a lo que sumó luego la cuarentena.

“Se nos vino muy pesada la cosa, y necesitábamos como familia generar otra entrada. Yo tengo 4 hijos, por lo cual la necesidad de trabajar era imperiosa. Con mi señora teníamos unos ahorros guardados, y nos la jugamos por invertirlos en vez de “comernos la plata” como se dice, y le echamos pa’delante no más, con toda la fe”, sostiene.

EMPRENDIMIENTO ACCIDENTAL

Así fue como Jorquera encontró un local disponible en José Luis Coo, a pocos metros de la Plaza de Puente Alto, donde antes había un servicio técnico de celulares. Al poco andar, la gente volvía por su “pollito asado con papas fritas”, siendo el “boca a boca” la mejor publicidad para el negocio. Hoy, Giovanni se muestra más que satisfecho por como su emprendimiento de comida rápida ha crecido y ha sido del agrado y preferencia de los puentealtinos que transitan por el centro de la comuna, en el que atiende junto a su señora, cuñado y una sobrina.

“Este era un sueño que tenía desde hace tiempo, el de tener un local de pollos asados y papas fritas. Y mira, ¡se dio de forma totalmente accidental, por motivo de la pandemia! A futuro me gustaría tener una máquina de jugos y helados, y ya pensando más a largo plazo, un local ya establecido, donde la gente puede sentarse y disfrutar de su comida”, afirma. “Yo creo que a la gente le gustan nuestros pollos, debido a un secreto con el sazón”,agrega entre risas.

Finalmente, envía un mensaje de aliento, que nunca es tarde para reinventarse y salir adelante, como lo han tenido que hacer muchas personas, aprovechando las oportunidades si éstas se presentan. “Uno no puede quedarse ‘dormido en los laureles’ si le va mal en algo. Soy de la idea que hay que ‘pegarse el salto’ si se puede, sin miedo no más”, reflexiona.