Roxana Cabezas se reinventó laboralmente, no dándose por vencida, cuando por problemas de salud tuvo que dejar su trabajo ligado al mundo textil, en el cual se desempeñó toda su vida.
En Tocornal Grez #0252, frente a la Iglesia María Magdalena en la Población Maipo, se encuentra “Huevos La Nona” atendido por su dueña, Roxana Cabezas Contreras, nacida y criada en Puente Alto, quien hace 4 años decidió emprender en este rubro -con buenos resultados- en un local que se emplaza en su propio hogar.
“Somos una familia de 7 hermanos, bien numerosa, pero la que sacó ese gustito del comercio fui yo no más, lo que heredé de mi madre, que siempre estuvo vendiendo cositas para generar ingresos extras. Yo de niña le ayudaba a confeccionar paños de cocina artesanales, pintados a mano, que les vendíamos a los vecinos. Todo lo que aprendí sobre costura fue gracias ella, pues me entregó las herramientas para surgir en la vida”, comenta doña Roxana, quien se casó joven y dice: “crié a mis hijos yo solita”, con mucho orgullo.
Y es que esta esforzada mujer sacó adelante a su familia en base a su trabajo, desempeñándose, indica, en diversos talleres textiles de Puente Alto, en donde ahondó mucho más sus conocimientos en este oficio, manejando desde pequeñas a grandes máquinas.
Con el pasar del tiempo, se independizó, confeccionando ropas a pedido, llegando a tener luego un local en el centro comercial Casa Piedra, en el que afirma vendía ropa exclusiva, “que no se encontraba en ninguna otra parte más. Hacía trajes clínicos, los que incluso se vendían al extranjero. También por 17 años, confeccioné ropa de niños que me encargaban los apoderados del Colegio Maipo. Puedo decir que atendí hasta tres generaciones de familias, ¡hasta ropa para sus bisnietos llegué a confeccionar!”
Posteriormente, cuenta que “unió fuerzas” con una amiga para un nuevo proyecto textil, pero fue en esos momentos cuando un accidente cerebrovascular hizo que sus planes futuros se vieran lamentablemente truncados, por problemas de salud.
GIRO EN 180°
Pese a este golpe de la vida, la puentealtina no se dio por vencida, e igualmente estuvo yendo a una feria artesanal para personas con capacidades diferentes en el Hospital Sótero del Río, de la que finalmente termina retirándose, “y es ahí que mi hija, que vive conmigo, tiene la idea de poner un local en la casa, de venta de huevos. Partimos de a poco, y ya con el tiempo el rubro se amplió a vender otros productos, que los mismos vecinos del sector comenzaron a solicitarnos”.
La calidad y frescura de los huevos que vende doña Roxana son bien reconocidos en el barrio –los que vienen desde Isla de Maipo- llegando clientela desde San José de Maipo y Pirque por ellos.
“La gente nos ha seguido prefiriendo con los años. A cada nuevo cliente que llega, le digo ´va a volver´, ya así ha sido (…) He pasado por muchas cosas en mi vida, ahora el estar en mi casa, dedicándome a vender huevitos, es algo que no me imaginaba, pero creo que todas las decisiones de mi vida han sido buenas y no me arrepiento de nada, y aquí estamos, gracias a Dios, tirando pa’rriba”, sostiene. “Si quieren huevitos frescos, pueden contactarme al +569 7244 4704, y también si necesita un arreglo de ropita o alguna prenda, me avisa. Lo de coser lo llevo en la sangre”.
