Desde crear una rutina de sueño y alimentación, hasta ejercicios de respiración son prácticas que pueden marcar la diferencia en la preparación para la Prueba de Transición (PDT) que rendirán más de 275 mil estudiantes el próximo 6 y 10 de diciembre. A continuación, una guía del preuniversitario EFIES de la Fundación Formando Chile con los mejores tips para llegar bien preparado ese día.
Quedan solo dos meses para rendir la Prueba de Transición Universitaria (PTU) y el proceso puede ser estresante para muchos. Desde la Fundación Formando Chile, con apoyo de CMPC, desarrollaron el preuniversitario Escuela de Formación para el Ingreso a la Educación Superior (EFIES), gratuito para los jóvenes de Puente Alto. La encargada del área socioemocional del programa, Antonella Magni, y el coordinador académico, Daniel Orrego, entregan los mejores consejos para llegar preparado ese día, tanto académica como emocionalmente.
Los 10 tips
- Hacer ejercicios de respiración
El estrés de las semanas previas a la prueba puede ser muy abrumador, por lo que los ejercicios de respiración son una gran manera de controlar mejor las emociones. Pero ojo, hay que practicarlos y con el tiempo ver cómo reacciona el cuerpo y la mente ante estos. “Tiene que ver con sentir el cuerpo. No es una estrategia que yo recomiendo usar el día de la prueba si es que nunca antes lo hiciste. Uno tiene que ir acostumbrándose e ir sabiendo si esta estrategia sirve o no”, acota Antonella Magni.
- Organizar la prueba estratégicamente
Cuando se va acercando la fecha, es una muy buena opción comenzar a planear estratégicamente el desarrollo de la prueba. Por ejemplo, conocer las tablas de conversión de puntajes; saber cuántas preguntas correctas corresponde el puntaje que se espera obtener o tener claras las temáticas que más se preguntan en el examen, para ver qué materias preparar con más dedicación. Daniel Orrego, dice que una buena estrategia es potenciar las áreas que estén más débiles de la materia, pero que tiene mayor presencia en la prueba. “Durante los últimos meses, abordar de manera estratégica el estudio, de a acuerdo a cuánto sé y a cuántos ejercicios entran de cada tema”, puntualiza.
- Cuidar la salud física
Mantener una buena salud física es fundamental, porque esto se refleja también en lo mental. Generar una rutina es una muy buena opción para los meses previos a la prueba, ya que el cuerpo se va acostumbrando al ritmo que se tiene durante este tiempo. Lo mejor que se puede hacer es establecer una rutina de desayuno, alimentación y actividad física. “La peor decisión que el estudiante puede tomar es decidir, el mismo día de la prueba, tomar un desayuno gigante que nunca antes había tomado, porque con los nervios, el estómago le puede jugar una pésima pasada”, explica Magni.
- Simular el escenario
Siempre es bueno hacer simulacros del día que se va a rendir la prueba. Lo ideal es poder hacerlo en una sala de clases de verdad con más personas, pero si no se puede, la casa también es una buena alternativa. Hacer un ensayo lo más real posible, con tiempo, mascarilla, sin poder hablar ni ver el celular.
- Respetar el tiempo de descanso
Durante las semanas previas a la prueba son muchos los estudiantes que quieren intensificar el estudio. Esto no es malo en sí, siempre y cuando se respeten los tiempos de descanso. Estas maratones de estudio no son beneficiosas a largo plazo, porque para que la materia quede almacenada en la memoria, tiene que existir un estudio pausado y con descansos intermedios. “Esto no significa que se está abandonando el estudio ni la preparación para la prueba, sino que se valora como algo importante el poder estar bien para poder rendirla”, explica la experta consultada.
- Ejercitar los textos largos
La prueba de lenguaje puede ser un gran desafío en términos de concentración, ya que son 80 preguntas solamente de comprensión lectora. Varios son textos cortos, pero también hay una presencia significativa de textos largos, tipo ensayo. Esto es una dificultad especialmente para los jóvenes que, por lo general, dice Orrego, están acostumbrados a los textos breves. Por eso, se recomienda practicar al menos tres o cuatro lecturas extensas a la semana, para poder trabajar la concentración y la lectura continua. “Se debe leer todo el texto y después responder las preguntas, pero sin pararse al baño, tomar té u otras distracciones”, agrega.
- Compartir la emocionalidad del proceso
Es fundamental poder compartir con otros lo que se está viviendo durante el proceso de preparación para la prueba. Hablar de las emociones con las redes de apoyo más cercanas que se tengan, para poder liberar la presión y no sentirse solo durante estos meses. Antonella Magni, sostiene que lo ideal es compartir con otros compañeros que también estén en la misma situación.
- Reforzar la materia, no aprender desde cero
Cuando ya quedan pocas semanas para la prueba, no es bueno empezar a estudiar materias nuevas, sino que es mejor reforzar lo que ya se ha estudiado.
- Confiar en tu proceso de preparación
La ansiedad puede aumentar mientras más se acerca la fecha de la prueba, lo que puede generar dudas e inseguridad. Una gran forma de controlar esto es valorar y confiar en el proceso de preparación que se tuvo durante todo el año. Cuando se esté muy nervioso, parar un segundo y pensar en todo lo que se hizo en los meses anteriores. Esto ayuda a que el estudiante se sienta más seguro de cara a la prueba. “Uno va haciendo una especie de recorrido mental, recordando todo lo que has hecho durante este tiempo. Esa valoración de lo que uno está haciendo es super importante, porque te entrega la sensación de que en realidad hiciste muchas cosas para prepararte”, comenta Magni.
- Usar plataformas online
Hay distintas plataformas en línea gratuitas disponibles para preparar la prueba, como por ejemplo puntajenacional.cl. Estas son herramientas que hay que aprovechar, porque tienen ejercicios reales que se parecen mucho a los que los estudiantes enfrentarán. Daniel Orrego recomienda realizar al menos 20 ejercicios a la semana, para mantener la materia fresca.
Finalmente, desde Formando Chile explican que los meses previos pueden ser complejos para muchos estudiantes. Los nervios y la ansiedad empiezan a crecer a medida que se acerca la fecha de rendir la prueba, pero, si se saben controlar, pueden ser hasta beneficiosos. “La ansiedad, en su justa medida, es súper necesaria, porque es lo que nos va a movilizar para ese día. La ansiedad por sí misma no es algo ni bueno ni malo, simplemente es una emoción. Hay que entender que es una emoción que es parte del proceso y a veces la tendemos a interpretar como algo negativo”, finaliza Magni.
